martes, 1 de junio de 2010

Tú eres tú, Yo soy yo


Con dedicatoria a aquel que sólo en mis sueños alcanzo y siento mío... Alex

Yo soy Yo

Tú eres Tú.
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú
Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos
Será maravilloso
Si no, no puede remediarse.
Falto de amor a Mí mismo
Cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falto de amor a Ti
Cuando intento que seas como yo quiero
En vez de aceptarte como realmente eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.

Fritz Perls


sábado, 27 de junio de 2009

¿Cuándo dejamos de ser?

– ¿Vida?– Me pregunté aturdida. – ¡Que concepto!– Me dije riendo. – ¿Qué será?... ¿Tengo a caso amnesia?– Interrogué otra vez insólita, alcé mi cara, cerré mis ojos tratando de no derramar ni una lágrima; busqué imaginar qué era lo que me estaba pasando; abrí nuevamente mis húmedas esmeraldas, sorprendida mientras pronunciaba algunas palabras y las lágrimas rodaban por mis mejillas, siendo estas, indicios de angustia y alegría.
– ¡Estoy soñando!– me quise afirmar… – ¿No es cierto?– Sonreí amargamente y lo acepté así.
Continué recorriendo aquel vacío inerte, tratando de buscar quien me reconfortara, cualquiera que entrara en mi sueño y me despertara en cualquier momento; estaba segura que eso era, un sueño, nada más.
Por más que traté, nada modificó la absurda realidad en la que estaba varada. Una realidad tan cierta, tan inverosímil, tan ajena; tres ideas de la realidad, que sólo me llevaban de la confusión a la verdad tajante que estaba viviendo y a su creencia absoluta.
– Este lugar tan lúgubre, vacío e incongruente sólo puede existir en tres partes –me dije eficazmente… – En mi mente, pero no es sólo mi imaginación; en mis sueños, pero siento que no estoy dormida; así que sólo me queda una opción, que no podría... no, no creo que sea... es imposible entonces yo estaría...
De pronto olvidé todo lo anterior y vino a mí una sola imagen, la imagen de lo que buscaba hoy en la mañana; así que, lo dije en voz alta para asegurarme de lo que había pasado –esta mañana,– empecé musitando –buscaba un escape, algo que me hiciera olvidar al..., el...
Trataba de explicarle a alguien más, pero nadie me escuchaba, igual que aquella mañana en que me sentí incomprendida, como lo hago ahora.
– ¡No es cierto!– Me grité, mientras reviví los quince minutos anteriores a mi despertar en este inexplicable lugar, la idea que cruzó por mi mente me dejó atónita, por lo que traté de asegurarme de lo contrario.
–Ese recuerdo no puede ser real – insistí – yo no pude..., no debí...
Un silencio enmudeció mi boca y por fin lo pronuncié…
–Entonces, estaría, estoy...
Mientras hablaba el celaje se fue disipando, al tiempo en que mi vista perdía nitidez, todo se veía borroso como un cuadro impresionista; poco a poco traté de enfocar mi perspectiva y me topé con algunas siluetas que aún no me daban referencia; como pasa con los cuadros surrealistas a simple vista, donde se pueden distinguir sólo los colores si no les prestamos la atención adecuada, pero que poco a poco se vuelven un mundo de fantasías dentro de lo común y realidades recurrentes en mundos irreales; hasta que al fin, pude aclarar mi visibilidad y observé objetos bien definidos frente a mí.
– ¿Qué es esto?– me pregunté estupefacta. – ¿Un árbol?– Era imposible, no lo podía creer; pero sí, era el árbol más hermoso que había visto hasta entonces, estaba lleno de vida, con un esplendor mágico y sutil.
–Un momento– mascullé al estar frente a esa atmósfera fascinante que enmarcaba la imagen de nuestros cimientos, de nuestras cosechas. Recordé entonces, que el árbol en todas las religiones y filosofías, nos remite tanto a la idea de las bases familiares y personales; como al entendimiento de la abundancia y el esfuerzo impregnado en nuestro camino, sí es que damos el suficiente tiempo, empeño y ahínco a nuestras metas; o a lo que son los nutrientes del objetivo mismo, de tal modo que veremos en él, el reflejo del brío constante implicado en nuestras vidas; es decir, el árbol denota la cosecha de toda inversión.
Me acerqué a él, levanté algo del suelo que había desprendido; me pregunté una vez más por lo que era, pues había visto caer una hoja del gran árbol, y al acercarme a ella parecía haber salido de la fantasía; era de color dorada con letras plateadas en relieve y mantenían la inscripción de un bello poema de alguien que, seguramente yo conocía con anterioridad...
– ¡Andrea!– suspiré –me es un tanto extraño encontrar ante mis ojos tus escritos, en un lugar que desconozco, frente a un árbol irreal, tallado en una hoja no más común que los cuentos que de niñas nos leían. Hermana, en este momento necesito tu hombro para reposar el cansancio que estas imágenes me refieren, necesito tu mano para sostenerme mientras levanto la hoja, necesito tus ojos y tu voz para leer tus palabras, aún cuando me decías que no leerías en público lo que con tanto esmero redactaste para alguien más. No sé porque estoy sola en este lugar, con un poema que me lleva a pensar y dilucidar lo que está pasando, sin que tú estés aquí para ayudarme a entenderlo…

“¿Cuándo Dejamos de Ser?”
Un sueño, una verdad, tal vez mentía o moría por hacerlo;
pero al hacerlo moría nuevamente, una y otra vez;
sin poder jamás realizar lo que quería, sin imaginar,
sin encontrar todo eso que significaba su vida;
nunca entendió que había algo que jamás conoció…
¡Su vida era en realidad una mentira!,
dependía siempre de la de alguien más,
desde hoy ya no era quien creyera...
¡Sólo significaba el recuerdo de un fantasma!,
de alguien que amó y que por desgracia la dejó,
simplemente, simbolizaba su ejemplo a seguir...
¡Ella, jamás Encontró su Realidad!

lunes, 25 de mayo de 2009

Capítulo I. “Mi Despertar”

*¿Quién Soy?
Súbitamente abrí los ojos, mientras de mi boca brotaban palabras sin sentido, una pregunta absurda tras otra confundían mi mente...
-¿Qué me pasa?...¿Dónde estoy?- grité, aferrada a una sola imagen, guiada por los múltiples intentos de recuerdos; llevé mi mano a la cabeza, seguí alegando entre pausas y desconciertos... –después del shock..., no recuerdo que pasó– esperé unos instantes a que las imágenes del pasado reafirmaran los hechos, consulté por segunda ocasión mi estado actual:
–¿Qué es esto?– insistí una y otra vez en voz alta, esperando a que alguien me contestara, al no conseguir respuesta pude, con mayor tranquilidad, frotar mis ojos que sentía arder sin razón, como en aquellas ocasiones en que uno despierta de una terrible pesadilla o tras recibir un fuerte golpe que nos ha hecho caer.
–¡Cuánta niebla!– dije con voz un tanto tranquila, pero con el sentir intranquilo de la ausencia ante mí... –¡No veo nada!– afirmé segura de lo que me ocurría... –¡Dios!– al fin, desahogué mis dudas con un grito conocido... –¡Qué frío!– el absurdo al fin me sorprendió, me envolví entre mis brazos, mientras sentía desfallecer mis huesos del frío y titiritar las palabras de mi boca –¡Vaya!– suspiré –No puedo sentir ni mis manos, ¡aquí hace mucho frío!...
Confundida, aterrada, helada y un tanto despreocupada, me puse en pie, comencé a caminar lentamente entre la bruma del ambiente y el espesor del aire al sin rumbo de ese lugar desconocido que aún me confundía; buscaba una exigua de cordura o quizás de ayuda, un confort para mi alma, un rezo para mi esperanza; pero mis bríos se vieron prontamente opacados por el incomprensible vacío existente a mi alrededor, al fin me detuve aturdida y un tanto preocupada.
–He caminado en este lugar del que sólo parece manar neblina, una niebla blanca, espesa, vacía; parece ese choque de agua en el que la caída provoca una leve espuma, aquel sin duda, sí, pero no es un simple choque de agua, es aún más grande, más grande que el experimentado en las cataratas del Niágara; son brotes de bruma tan abundantes e inmediatos que inundan el extraordinario espacio que me rodea, se parece al espacio que cubre el aire que nos impregna de vida...– me callé bruscamente, busqué el significado de mis palabras y traté de ahondar en la propuesta hecha en ese instante.

jueves, 7 de mayo de 2009

Novela de Alejandra Romo

Siempre mantuve en mi mente una sola idea, una pregunta que me ha dejado sin aliento y que a la fecha no he podido responder: “¿Cuándo dejamos de Ser?”, es el enigma que lleva a nuestra especie a luchar por entendernos, por comprender lo que vivimos en el interior, por saber qué o quiénes somos, y… Sí es que en realidad sabemos lo que somos o… Sí sólo aparentamos que somos algo para sentir que estamos vivos.
Durante, lo que en aquel entonces acepté llamar como, mi despertar; hoy, sólo puedo mencionarlo con una minúscula frase, que en esos momentos venía a mi mente, una pregunta aguda e infame a la vez, que en aquel instante la sentía lejana, ajena a mí misma…
“¿Quién Soy?”, me repetía constantemente una voz en la cabeza. Súbitamente abrí los ojos, mientras que de mi boca brotaban palabras sin sentido, una pregunta absurda tras otra confundían mi pensamiento...

viernes, 24 de abril de 2009

Reir llorando, Juan de Dios Peza

Viendo a Garrik , actor de la Inglaterra,
El pueblo al aplaudirle le decía:
"Eres el más gracioso de la tierra, Y más feliz..."
Y el cómico reía. Víctimas del spleen,
los altos lores. En sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores,
y cambiaban su spleen en carcajadas.
Una vez, ante un médico famoso,
llegóse un hombre de mirar sombrío:
"Sufro," le dijo,"un mal tan espantoso
Como esta palidez del rostro mío.
Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.
- Viajad y os distraeréis.
- ¡Tanto he viajado!
- Las lecturas buscad.
- ¡Tanto he leído!
- Que os ame una mujer.
- ¡Si soy amado!
- Un título adquirid.
- ¡Noble he nacido!
- ¿Pobre seréis quizá?
- Tengo riquezas.
- ¿De lisonjas gustáis?
- ¡Tantas escucho!
- ¿Qué teneis de familia?
- Mis tristezas.
- ¿Vais a los cementerios?
- Mucho... mucho.
- De vuestra vida actual ¿tenéis testigos?
- Sí, mas no dejo que me impongan yugos:
Yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos, mis verdugos.
Me deja -- agrega el médico -- perplejo vuestro mal,
y no debe acobardaros;
tomad hoy por receta este consejo
"Sólo viendo a Garrik podréis curaros".
- ¿A Garrik?
- Sí, a Garrik...
La más remisa y austera sociedad le busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡Tiene una gracia artística asombrosa!
- ¿Y a mí me hará reir?
- ¡Ah! sí, os lo juro.
Él sí; nada más él; más... ¿qué os inquieta?
- Así -- dijo el enfermo --, no me curo:
¡Yo soy Garrik!... Cambiadme la receta.
¡Cuántos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reir como el actor suicida,
sin encontrar para su mal remedio!
¡Ay! ¡Cuántas veces al reir se llora!
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
Porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuendo el rostro ríe!
Si se muere la fe, si huye la calma,
Si sólo abrojos nuestra planta pisa,
Lanza a la faz la tempestad del alma
Un relámpago triste: la sonrisa.
El carnaval del mundo engaña tanto,
Que las vidas son breves mascaradas;
Aqui aprendemos a reír con llanto,
Y también a llorar con carcajadas.

El Puerto de la Eternidad

El Puerto de la Eternidad